martes, 5 de abril de 2011

Repostero

Los tapices medievales, también denominados reposteros, son paños cuadrados o rectangulares, la mayoría con emblemas heráldicos, se realizan con técnicas de retacería, bordado de aplicación y realce. Los materiales utilizado son sedas, lanas y linos. Con frecuencia se emplean retales antiguos de estos mismos materiales.


En la Edad Media se utilizaban estas técnicas de forma más popular como alternativa a la realización de tapices en telar. Así por ejemplo, tenemos los reposteros con motivos heráldicos, los pendones y los paños de pared con temas narrativos.


Un repostero, es una especie de tapiz que se cuelga de un muro, de un balcón o de una ventana, con un escudo. En la actualidad, cuelgan de los balcones de alguna institución en las grandes fiestas locales.


El origen de estos tapices, tiene que ver con el de las banderas, ya que la intención al crearse, fue la de albergar el escudo de armas del señor que las poseía. Se colgaban en lo alto de la Torre del homenaje, en las grandes solemnidades del lugar.


A diferencia de las banderas de la época, que presentaban las armas extendidas, sin cerramiento, estos las representan cerradas en el escudo, su colocación, es vertical y no se transportan de un lugar a otro como la bandera del Caballero. Es habitual que sean de color carmesí, si bien los hay con otros colores.


Las colgaduras se diferencian del repostero en que cubren toda la barandilla del balcón o ventana. Generalmente, no llevan escudo, ya que su función es meramente decorativa, su origen es mucho más moderno y en algunos casos puede contener los colores de la bandera local o estatal.


Los reposteros, eran las telas que cubrían las paredes de los palacios para aislar las estancias de los rigores climáticos. Tapices, paños bordados y reposteros abrigaban las salas de las casas nobles, a los que se unían alfombras dispuestas en los suelos.

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