Un diafragma un poco rudimentario, de corteza de granada, ya se usaba en el siglo VI a. C. en Roma. Hasta mediados del siglo XIX siguieron utilizándose métodos “caseros”, pero en 1860 el doctor Foot inventó el capuchón cervical, una idea que fracasó. El principio lo retomó el austriaco Kafka, quien difundió en Europa el dedal de oro, plata o platino, utilizados hasta que se impuso el caucho.
El dedal de la foto, se lo dieron a una amiga entre otros objetos de plata para fundir, y con esa plata hacer sortijas, pendientes... Yo la dije que de fundir una pieza de museo nada. Así que limpiamos la pieza y la guardaremos para mostrársela a los nietos, y... a quienes pasáis por este Blog.
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