La mañana de San Juan no nos lavamos la cara con el agua del ramo flores silvestres, como dicen que es tradición, por eso debe ser que seguimos igual de feas y arrugadas. Pero está siendo gratificante llegar cada mañana a un taller deliciosamente perfumado por lavanda, hierbaluisa... Gracias amiga, por el estupendo detalle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario