jueves, 23 de junio de 2011

La cuelga

En León, hay una costumbre muy antigua y curiosa, que aún perdura entre las familias, sobre todo en los pueblos. Esta costumbre entrañable es la de "la cuelga".

En los cumpleaños u onomásticas de los más pequeños de la casa, algún familiar o amigo ata a una cuerda todo tipo de caramelos, bombones, golosinas, chucherías...

Este "collar", en un momento de descuido se introduce por la cabeza del homenajeado, a la vez que se le desea muchas felicidades.

Una vez se ha procedido a la imposición de la cuelga, todos los presentes pueden participar de los productos que en la cuelga se hayan incluido. Bastará con acercarse al homenajeado y proceder a separar el dulce deseado de un tirón .

En mi familia, la cuelga estaba elaborada con rosquillas de anís, pastas, mantecadas, caramelos caseros y alguna sorpresa que otra, como un diente de ajo, dinero, pequeños juguetes, alguna joya... todo camuflado con envoltorio de caramelos.

Era el homenajeado quien repartía los dulces de su cuelga, si era generoso, claro. Luego venia lo de los tirones de orejas en los cumpleaños, que no me gustaban nada cuando me tocaban a mi, pero cuando los daba yo, eso era otra cosa.

¡Cuantas noches de San Juan me pasé haciendo "la cuelga" mientras otros estaban en las hogueras!

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